Cómo reparar el concreto dañado: Fisuras, carbonatación, eflorescencias y más

Abril 2025

El concreto es un material resistente, pero con el tiempo pueden aparecer problemas que afecten su calidad y seguridad. Si no se detectan a tiempo, estas patologías pueden generar graves daños estructurales y hasta reparaciones muy costosas. Por eso, es tu tarea conocerlas, entender sus causas y aprender a prevenirlas. A continuación, te explicamos las más comunes y cómo puedes actuar para evitar complicaciones.

Grietas y fisuras: ¿Cómo diferenciarlas?

Las grietas y fisuras son como "heridas" en el concreto, que, aunque pueden parecer similares, tienen diferencias importantes.

Fisuras

Son delgadas (menos de medio milímetro) y superficiales. No afectan la resistencia, pero pueden permitir la entrada de agua y químicos dañinos. Se generan por:

  • Retracción plástica: Cuando el agua de la mezcla se evapora rápido.

  • Retracción térmica: Por cambios de temperatura que contraen el material.

  • Asentamientos: Movimientos en el terreno o la base del suelo.

Grietas

Son más anchas y profundas (mayores a medio milímetro). Pueden afectar la estabilidad de la estructura. Se producen por:

  • Sobrecarga o flexión excesiva.

  • Corrosión del acero interno.

  • Errores en el diseño

  • Asentamientos graves.

Si notas fisuras en una estructura, no te alarmes, pero sí préstale atención, considera sellarlas con resinas o morteros y haz un seguimiento. En cambio, si detectas grietas profundas, es recomendable hacer una evaluación técnica para descubrir su impacto y, en casos graves, considerar hacer refuerzos estructurales.

Corrosión del acero y carbonatación del concreto

Como sabes, el acero dentro del concreto es el esqueleto que le da fuerza a la estructura, pero si se deteriora, el problema puede volverse serio. La corrosión y la carbonatación son procesos que pueden debilitarlo gravemente.

Corrosión del Acero

Es cuando las barras de acero se ven afectadas dentro del concreto, ocasionando que se oxiden y se expandan. Se debe a:

  • Presencia de humedad y oxígeno.

  • Uso de sales o cloruros en el ambiente.

  • Tener una capa de concreto muy delgada sobre las armaduras.

Carbonatación del concreto

Ocurre cuando el dióxido de carbono (CO₂) del aire reacciona con el hidróxido de calcio presente en el concreto. Esta reacción reduce el pH del material, y cuando el pH baja demasiado, el acero pierde su resistencia a la corrosión y comienza a oxidarse. Este proceso puede tardar años, pero si no se detecta y controla a tiempo, el acero corroído se expande, generando grandes grietas y desprendimientos en el concreto.

Con el tiempo, los efectos de la carbonatación y la corrosión pueden comprometer la estabilidad de tu obra, por lo que es crucial tomar medidas preventivas desde el inicio. Usar cementos de buena calidad, garantizar un adecuado encofrado de las armaduras y hasta aplicar recubrimientos protectores al acero y posteriormente al concreto son estrategias para evitar que estos problemas se desarrollen.

Además, un mantenimiento periódico y la corrección temprana de fisuras pueden ayudar a prolongar la vida útil de la estructura. De lo contrario, la solución a estos problemas puede requerir intervención especializada y en muchos casos podría implicar reemplazar todo el elemento estructural afectado, ¿te imaginas tener que reemplazar una losa entera?

Ataques químicos: cuando el entorno daña el concreto

Como te pudiste dar cuenta, maestro, el concreto , aunque fuerte, no es indestructible. Con el tiempo, sustancias químicas del ambiente o de los materiales en contacto con él pueden deteriorarlo silenciosamente. Debes identificar estos agentes dañinos a tiempo para así evitar problemas mayores.

  • Sulfatos : Presentes en suelos y aguas, debilitan el cemento y pueden generar expansión y desprendimientos.

  • Cloruros: Aceleran la corrosión del acero, dañando la estructura desde dentro.

  • Ácidos: Disuelven los componentes del concreto, causándole pérdida de resistencia.

  • Reacción álcali-agregado: Algunos agregados de mala calidad reaccionan con el cemento y forman geles expansivos que provocan fisuras.

Para proteger el concreto de estos ataques, es fundamental elegir agregados de calidad, emplear recubrimientos protectores y en casos de exposiciones peligrosas, diseñar mezclas resistentes a estos agentes.

Erosión y abrasión: El desgaste por uso y clima

Las estructuras de concreto estan expuestas a diversas condiciones climáticas y al uso constante. El tránsito de vehículos, la acción de la lluvia y hasta el simple paso de los años pueden desgastar su superficie. Se puede ver cómo envejece lentamente, pero no todo esta perdido, maestro: con los cuidados adecuados, la apariencia y vida útil de tu concreto puede extenderse considerablemente.

Causas de erosión:

  • Agua con partículas en movimiento (en canales y presas).

  • Tránsito de vehículos y maquinaria pesada.

  • Impacto de partículas en zonas industriales.

Así como protegemos nuestra piel del sol o el desgaste diario, el concreto también necesita ciertos cuidados. Aplicar endurecedores en la superficie, elegir mezclas más resistentes y dar mantenimiento frecuente a las zonas más vulnerables son algunas opciones para evitar que el desgaste se convierta en un problema serio.

Exudación y segregación: cuando la mezcla está mal hecha

Si la mezcla de tu concreto no se prepara correctamente, surgirán problemas desde el inicio. Si se utiliza demasiada agua o si la compactación es deficiente, será un concreto frágil y poroso. Lo que se traduce en superficies menos resistentes y más propensas al desgaste y al paso del tiempo.

Por eso, cada detalle en la preparación cuenta. Debes mantener las proporciones correctas, asegurar una compactación adecuada y tener un buen control en el proceso de mezclado y vaciado, cuando se trata de concreto, hay que empezar con el pie derecho. ¡La prevención es tu mejor aliado, maestro!

Desprendimiento del recubrimiento: cuando el concreto se desmorona

El desprendimiento del recubrimiento es una alerta de que algo no está funcionando bien dentro del concreto. Se trata de un problema serio, ya que al dejar expuesto el acero de refuerzo, este queda vulnerable a la corrosión y además, rompe con la continuidad de la estructura.

Este fenómeno suele ocurrir por diversas de las razones que hemos visto antes, como la corrosión interna del acero, las bajas temperaturas que provocan ciclos de congelación y deshielo, o la expansión de ciertos químicos dentro del concreto.

Si notas que el concreto comienza a desmoronarse o aparecen partes sueltas, no lo ignores. Un mantenimiento adecuado y la aplicación de recubrimientos protectores pueden ayudar a prevenir este problema antes de que se agrave.

Llegamos al final, maestro, solo recuerda: el mantenimiento preventivo es el mejor escudo contra estos problemas. En lugar de esperar a que el concreto muestre señales de deterioro, es mucho más efectivo actuar desde el principio. Si bien muchas patologías pueden parecer inevitables con el paso del tiempo, su impacto se reduce considerablemente cuando se toman medidas adecuadas en obra y durante la vida útil del edificio. ¡Sí quieres saber más y descubrir cómo se verían esas señales; descarga nuestra guía de patologías!

Desde la elección de materiales de calidad hasta la aplicación de recubrimientos protectores, o el respeto a todos los procesos constructivos, cada detalle cuenta. Inspecciones periódicas permiten detectar pequeños inconvenientes antes de que se conviertan en grandes problemas, y un buen control de la humedad evita daños internos difíciles de reparar. Al final, un concreto bien cuidado te garantiza estructuras seguras y funcionales por muchos años.

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